jueves, 18 de octubre de 2007

FELIZ DEL PROFESOR

“La solidaridad es un valor que debe
estar preente en la formación de los jóvenes”

En el Día del Profesor reiteró el Director del SERBITRACOV,
profesor Gonzalo Videla.


El destacado y experimentado profesor y dirigente viñamarino Gonzalo Videla, actual director del Liceo Guillermo Rivera, uno de los más antiguos de la región, reiteró que el valor de la solidaridad es uno de los que intervenir y estar presente siempre en la formación de los jóvenes.

Así lo dejó de manifiesto en la entrevista que concedió a este editor y lo reiteró después en la entrevista que sostuvo con el periodista Gonzalo Muñoz, del programa “Factor UV” de la radio Valentín Letelier de la Universidad de Valparaíso, el martes 9 de octubre. Alli saludó a todos los colegas, por el día del profesor, el 16 de octubre.

El profesor Videla accedió a ser entrevistado en medio de una apretada agenda da actividades que le impone su rol de director del Liceo Guillermo Rivera, y a la vez sus responsabilidades gremiales en el ámbito de los directores de liceos y del propio Serbitracov.

Representa en este servicio de bienestar a no menos del 50% de los socios. He aquí la entrevista que le hicimos y de ésta se desprende su talante de profesor enamorado de su profesión (y de su querida esposa) y consciente de la gran responsabilidad que sobrelleva como formador de jóvenes.

1.- El “profesor” Gonzalo Videla.

- ¿Usted es profesor o maestro...?

- Soy profesor y a mucha honra.

- Brevemente, díganos algo de su trayectoria, profesor Videla.

- Comenzó el año 1962, cuando aún estaba en la Universidad. Estudiando mis primeros años de la carrera de Historia. Empecé haciendo un reemplazo en el Vespertino, en Quilpué. Era muy joven.

- Creo que le “temblaban” las piernas... de los nervios…

- Sí. Fue mi primera experiencia en el aula.

- Desde ese lejano año hasta la dirección del Liceo Guillermo Rivera ha pasado mucha “agua bajo el puente”…

- Pues sí. En esos cursos terminaba la clase con aplausos o con pifias. Después pasé a ser docente administrativo, mientras estudiaba. Hasta ser profesor con jornada completa… llegué a tener una cátedra.

- ¿Resumimos?

- Bueno: el año 1962 estaba en Quilpué, como dije; el año 1964 en el Rubén Castro (nocturna en la UCV) el año 1965 5 en el Eduardo de la Barra…

- Y el año 1990 llegó a este Liceo…

- Sí, ese año asumí como subdirector. El Liceo no es lo que hoy se ve. Estaba en pésimas condiciones. Arreglamos las pizarras, los pisos, los pulimos, pintamos, y para eso no había tanta plata, tuvimos que recurrir a los sponsor. Así comenzó el renacimiento del liceo. El año 2003 asumí como director y no hemos parado en este proceso de modernización y mejoramiento del establecimiento.

- A usted se le nota que está enamorado de su profesión…

- Me gusta la profesión de profesor. No habría servido para otra cosa.

- Pero hoy no está tan “buena”, a juzgar por los debates sobre educación. ¿Hay una crisis?

- El proceso educativo es de dulce y agraz. En mis años de juventud había carrera docente. Teníamos un ingreso por curso, además podíamos llegar al 140% al cumplir 30 años. Podíamos administrarnos mejor. El empleador era el Estado; pero era más lento todo, eso sí. Todo era centralizado. Por ejemplo, mi primer sueldo fiscal me llegó en setiembre… pero había estabilidad laboral y posibilidades de perfeccionarse que el mismo Estado entregaba. El profesor tenía un estatus ante la sociedad muy importante, su palabra valía mucho y la sociedad lo reconocía y la autoridad lo respaldaba.

- ¡Eran otros tiempos! Usted hace mucho énfasis en la formación valórica de los jóvenes.

- Sí, porque trabajo con los jóvenes y los conozco. Son muy valiosos, tienen muchas cosas buenas. Y nuestra tarea como profesores es formarlos, para dejarlos preparados para ir al mundo a abrirse paso.

- El valor de la solidaridad, ¿por ejemplo?

- Sí. La solidaridad es un gran valor a inculcar en los jóvenes. Pero para lograr eso hay que dar el ejemplo.

- ¿Y ustedes lo dan…?

- Mire, para formar jóvenes hay que ser muy cuidadosos con el ejemplo que uno da.

- ¿Podemos citar como ejemplo el SERBITRACOV?

- Bueno. En el SERBITRACOV practicamos la solidaridad pues allí todos los socios, más de mil, con sueldos grandes y chicos, todos cotizamos lo mismo, el 1% para el fondo común de ayuda solidaria.

- El más fuere ayuda al más débil, se podría decir.

- Sí. Mire, el valor de la solidaridad no está muy de moda, pero es un valor que debería estar presente a la hora de formar jóvenes.

2.-Ambito más personal:
- Profesor, háblenos de su vida más personal, ahora. Por ejemplo: ¿Casado?

- Sí. Con Gladis del Carmen. Tenemos un matrimonio feliz.

- Hijos…

- Claro, cuatro hijos: Gonzalo, José Raúl, Claudio y Marisel.

- ¿Y nietos?

- Mi señora tiene dos…, yo tengo dos “sobrinitas”… Je, je, jé.

- ¿Que música le gusta?

- Toda. Algunos clásicos, de los años 60´s. Nueva Ola, Rock and roll y el jazz.

- ¿Elvis o Luis Dimas?

- Son dos cosas distintas.

- ¿Literatura?

- Algo. Le he dedicado tiempo a la literatura. Por supuesto.

- ¿Romántico?

- Sí, cuando joven leía harto a Neruda, sus poemas de amor (el Claudio me salió poeta…) A mi señora, cuando era polola, le recitaba los 20 Poemas de Amor en el oído…

- Yaaa. ¿Y qué le gusta comer…?

- Mi plato favorito: los tallarines, los porotos con riendas, con chorizos.

- Huuum, parece el menú de un estómago radical de viejo cuño… Para terminar, profesor, una reflexión final en el día del profesor.

- Siempre he pensado que no hay otra profesión más hermosa y gratificante que la de proyectar algo en la vida de los jóvenes y poder aportarles algo. Esa es lo más importante en el profesor, más que enseñar un ramo, como aportar a la vida de un joven, que está creciendo y formándose. Gratifica ver que algo de lo aportado, ellos después lo aplican.

- Gracias profesor y feliz día junto a todos sus colegas.

Autor: Carlos Barrales Ortega, editor.

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